Combatir el despilfarro alimentario en comedores escolares debería de ser uno de los objetivos educativos de todos los colegios.
Hasta hace poco el desperdicio alimentario se consideraba un mal intrínseco al servicio y tirábamos kilos de comida viable sin plantearnos el motivo ni las consecuencias. Pero esto está cambiando.
Tirar comida en el sector de la restauración colectiva supone un coste económico, ambiental y social al que ya muchas escuelas están plantando cara.
En España 770.519 alumnos comen en los centros escolares cada día. El desperdicio medio diario está entre 60-80 g por alumno/día. Si tenemos en cuenta todo el curso académico, resulta que en nuestro país se desperdician anualmente 14.000 T de alimentos cada año y solo en el sector escolar. Si tirar este volumen de comida no fuera suficiente desgracia, además tenemos que enfrentarnos a dos datos escabrosos:
1) La gran mayoría de centros escolares no separa la fracción orgánica y por tanto los residuos orgánicos acaban en vertedero o incineración contribuyendo notablemente al cambio climático.
2) La pobreza se cronifica en España. Año tras año aumentan personas y familias que requieren de comedores sociales, bancos de alimentos o becas para poder alimentarse cada día. Por un lado tiramos comida y por el otro aumenta el número de personas que la necesitan.

A alguien que no es del sector seguramente le surgirá la pregunta, ¿pero por qué narices desperdiciamos sistemáticamente comida en nuestras escuelas? ¿Por qué no se pone remedio a este sinsentido? Y lo mismo me preguntaba yo al principio. Un sector con luchas intestinas por ganar concursos de gestión donde la calidad es a menudo secundaria y el precio es lo que prima. ¿Por qué no se plantea mejorar la eficiencia y la sostenibilidad ambiental de sus servicios?
«El desperdicio medio diario está entre 80-100 g por alumno/día. Si tenemos en cuenta todo el curso académico, resulta que en nuestro país se desperdician anualmente 14.000 T de alimentos cada año y sólo en el sector escolar. «
Para los que sí estamos en el sector sabemos que la respuesta no es fácil. Hay muchos motivos distintos que nos conducen a tener que tirar comida. La mayoría de ellos tienen soluciones muy efectivas, pero requieren de la coordinación de la dirección del colegio, empresa de restauración colectiva, las familias y a veces también, de la Administración Pública.
Tratar el despilfarro alimentario a través de las empresas de restauración social es todavía delicado. Muchas familias ven en la lucha contra el desperdicio el mero ahorro de costes. Pocas familias entienden que son ellas quienes al final pagan el sobrecoste económico y ambiental de tirar comida. Servir un plato a rebosar sin tener en cuenta el apetito ni las preferencias de los comensales no hace que nuestros hij@s coman más ni mejora su educación alimentaria. Conduce simplemente a tirar más comida y a reducir el valor de la misma.
En los últimos meses desde Te lo sirvo verde hemos impartido sesiones de formación específicas a varias de estas empresas de colectividades que están motivadas para incorporar la sostenibilidad en su gestión: Comedor Saludable, Intur y Servalia entre muchas otras.
En estas sesiones ayudamos a desarrollar estrategias de reducción del despilfarro adaptadas a la realidad de cada centro y colectivo. Vemos las implicaciones ambientales, sociales y financieras de tirar comida. Vemos qué alimentos se tiran más, en qué momento del servicio y por qué sucede. Después de identificar el problema, toca buscar una solución y diseñar el plan de acción. Y de nuevo evaluamos los resultados. EVALUAR, DISEÑAR UN PLAN, EJECUTAR EL PLAN, COMUNICAR Y DE NUEVO EVALUAR. Un circulo virtuoso que nos ayudará a resolver la mayoría de los baches con los que nos vamos a encontrar.
Os dejamos aquí el post 10 claves para reducir el despilfarro en restauración escolar y os animamos a uniros a la lucha contra el desperdicio de alimentos. ??