Ofrecer alimentos locales en nuestra carta es una tendencia en alza que tiene todo el sentido del mundo. Slow Food y otros movimientos de locávoros llevan años reivindicando las ventajas de apostar por alimentos de proximidad en la carta porque:
- Tienen menor impacto ambiental
- Fomentan la economía local y la biodiversidad
- Son más frescos y sabrosos
- Constituyen un valor añadido reconocido por los clientes
Las principales dificultades al incorporar alimentos locales, son el precio y la disponibilidad en el mercado. No obstante, aquí te dejo algunas claves que te ayudarán a «localizar» tu propuesta gastronómica sin demasiado esfuerzo:
1. Identifica los alimentos locales de tu zona. Cada región tiene sus propios alimentos locales y de temporada según su clima y ubicación. Estos se promocionan a través de las webs de los departamentos de agricultura de cada comunidad. Investiga qué alimentos se producen en tu entorno en cada temporada, y adapta el menú en medida de lo posible.
2. Habla con tu proveedor habitual para que identifique claramente cuáles de sus alimentos son de proximidad y transmítele tu interés en priorizar los alimentos locales. La política de compras del restaurante actúa como un agente de sensibilización tanto para los clientes como para los proveedores. ¡Aprovéchalo!
3. Del campo a la mesa. Contacta con productores locales para poder hacer compras sin intermediarios. Conocer a la persona que produce los alimentos que sirves en tu restaurante permite planificar cultivos, abaratar los precios, adaptar el producto a tus necesidades y establecer una relación de confianza que desaparece cuando hay intermediarios.
4. Marketing verde. Identifica en el menú los alimentos que son locales y proporciona información sobre los productores. ¿De dónde viene la carne? ¿Cómo se llama el agricultor que cultiva las lechugas? Verás como rápidamente aumentan los pedidos de estos platos.
5. Todos los alimentos pueden ser locales, no solo las frutas y verduras. Piensa en los productos típicos de tu zona y apuesta por ellos: miel, productos lácteos e incluso la cerveza.
6. Certifícate como restaurante Km0. Ahora que has conseguido incorporar alimentos de proximidad en tu carta, ¿por qué no buscas un reconocimiento internacional para visibilizar tus esfuerzos? Acredítate como Restaurante Km0 por Slow Food y obtendrás un distintivo que reconocerán tanto los clientes locales como los turistas.
Y para acabar, un ejemplo de un auténtico restaurante Km0 de los pies a la cabeza, el restaurante Sergi de Meià.
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